OCTUBRE: Mes dedicado a la Misión

Recordamos el día del descubrimiento de América



13/10/10

¿Quién es Don Bosco Misionero?

Don Bosco no es sólo educador en sentido estricto y formal; la dimensión propiamente pedagógica de su actividad, se sitúa dentro de un programa mucho más amplio y nutrido de iniciativas a favor de los jóvenes y del pueblo. Concretamente se puede identificar en el contexto de una triple preocupación, en conexión con ella pero totalmente distinta:

-La actividad asistencial y caritativa, orientada a las necesidades elementales de alimento, vestido, alojamiento, trabajo.

-La preocupación pastoral de la salvación del alma, de vivir y morir en gracia, con las actuaciones específicas que comporta.

-La actividad de animación espiritual de las comunidades educativas y religiosas por él fundadas para llevar a cabo sus obras a favor de los jóvenes.

La actividad de Don Bosco no es expresión de un activismo puramente temperamental; es consagración, consciente y voluntaria, es misión con una finalidad precisa, la salvación de los jóvenes. Precisamente por este motivo, su dedicación tiene un ritmo totalmente diverso al de la vida física: y hasta parece que crece, precisamente, cuando más se debilita. Pero su corazón ha estado siempre amando hasta el último momento. La pedagogía de Don Bosco se identifica con toda su acción; y toda su acción con su personalidad; y Don Bosco entero se resume en su corazón. Un corazón como el mismo lo entiende, “no sólo como el órgano del amor; sino como parte central de nuestro ser” en naturaleza y en gracia: el corazón quiere, desea, comprende y entiende, escucha cuanto se dice, se inflama de amor, reflexiona, se mueve.

Cf. Pietro Braido 2003, “Prevenir, no reprimir” 1999 Editorial CCS

En Turín

Don Bosco aprovecha cualquier coyuntura para introducir a sus jóvenes en el compromiso social de ayuda a otros. Un caso sintomático es del cólera aparecido en Turín en el verano de 1854: Ofrece a los jóvenes del oratorio movilizarse en la asistencia de los contagiados, zona de donde provenían muchos oratorianos. En el periódico “La Armonia”, en su número del 16 de septiembre de 1854, daba la noticia: “Don Bosco ha presentado a la Comisión Sanitaria una lista de catorce jóvenes que se ofrecieron voluntariamente a prestar toda clase de servicios a los afectados por el cólera”.

Cf. Fausto Gimenez, “Aproximación a Don Bosco”, 1994, Ed. CCS

Un Sueño: La Patagonia Argentina

“Soñé que estaba en una región salvaje, totalmente desconocida. Era una llanura completamente sin cultivar, en la cual no se veían montañas ni colinas. Solamente en sus lejanísimos límites se veían escabrosas montañas. Vi en ellas muchos grupos de hombres que la recorrían. Estaban casi desnudos. Eran de altura y estatura extraordinaria, de aspecto feroz.

Vi aparecer un grupo de misioneros. Se acercaban a los salvajes con rostro alegre y precedidos de un grupo de muchachos. Eran nuestros salesianos. Los primeros que llegaban me eran muy conocidos. Los otros son gente que vendrá después y que no logré conocer. Vi luego con admiración que la llegada de ellos llenaba de alegría a aquellas tribus salvajes, las cuales dejaban las armas, cambiaban su ferocidad en amabilidad y recibían a nuestros misioneros con las mayores demostraciones de buena voluntad. Y vi que los misioneros salesianos se acercaban a los salvajes y les enseñaban el Evangelio y éstos lo aceptaban de muy buena gana; y que aprendían prontamente la religión que les enseñaban y hacían caso a los avisos y amonestaciones que les daban los evangelizadores.”

Cf. Memorias Bibliográficas (10, 60)

1/9/10

Padre y Maestro de la Juventud

En este mes dedicado a la juventud y donde celebramos el día del maestro, queremos reflexionar iluminados por la figura de nuestro Padre Don Bosco, a quién el Papa Juan Pablo II lo ha proclamado oficialmente: “Padre y Maestro de los Jóvenes”.

Sabemos cuánto se preocupó Juan Bosco por la salvación de la vida de tantos jóvenes de su época, saliendo hacia las calles de Turín, yendo a los lugares donde ellos se encontraban, visitando las cárceles, las minerías, las obras de albañilería, y tantos otros sitios de permanencia juvenil; cómo se preocupo por sacarlos de esos lugares de condiciones inadecuadas, para darles la oportunidad de vivir mejor, brindándoles espacios de formación escolar, laboral, moral y espiritual. Fue para los jóvenes un Maestro para la Vida.
En memoria del centenario de San Juan Bosco, Juan Pablo II escribió: “es posible afirmar con convicción y seguridad que la divina Providencia les invita a todos, miembros de la gran Familia Salesiana, así como también a los padres de familia y educadores, a reconocer más y más la ineludible necesidad de formar a los jóvenes a asumir con nuevo entusiasmo sus obligaciones y a cumplirlas con la entrega iluminada y generosa del Santo”.

Es posible vislumbrar en la historia de nuestro Patrono, que su ser maestro estuvo presente durante toda su vida. Desde muy pequeño, a sus amigos, les enseñaba el catecismo, les mostraba lo valioso de la vida y las maravillas de Dios; de adolescente y en sus tiempos de formación en el Seminario, ayudaba a sus compañeros en el estudio; y de Sacerdote instruía a los jóvenes tanto en los nuevos oficios como en religión, ambas cosas que fue aprendiendo durante toda su vida. Por lo tanto podemos afirmar que Don Bosco vivía la vocación del educador como el mismo lo decía con su frase: "la educación es cosa de corazón”.

Hoy estamos invitados, como generación adulta, a preponderar una educación de la juventud que esté al servicio de quien más lo necesita. Estamos llamados por Don Bosco, a reafirmar nuestra búsqueda de aquellas herramientas necesarias que debemos traspasar a nuestros hijos, en virtud de un compromiso que lleve a las nuevas generaciones a ser portadoras de la luz del Evangelio y comunicadoras de esperanza.